La final, disputada en el Olímpico de Roma, fue jugada por segunda vez consecutiva por Argentina y Alemania Federal, en lo que fue una revancha de lo sucedido en 1986. El delantero Claudio Caniggia estaba suspendido para dicha final luego de recibir una tarjeta amarilla en la semifinal contra Italia. Tanto Cameron como Jack Bell, que anteriormente jugaban en el Everton Football Club, camiseta holanda llegaron al conjunto metropolitano como resultado de un conflicto causado por una antigua asociación de futbolistas profesionales.