En las semifinales contra el batallador Albacete se empató en la ida 1-1 en Mestalla, resultado que produjo la destitución del técnico Carlos Alberto Parreira a falta del partido de vuelta y de tres jornadas para terminar la liga. Bielsa arriesgó en el aspecto táctico con una formación habitual de 3-4-3, inédita hasta entonces para Argentina: atacar en espacios cerrados y defender a veces en zonas abiertas, para multiplicar las situaciones de gol y tener la posesión del balón, basándose en un ataque permanente y una presión alta y constante, exigiendo esfuerzos físicos intensos y coordinados.